Parto de sueño, puerperio de pesadilla

Después de un parto en casa fantástico, el puerperio bastante duro, y el principio de la lactancia también, tanto que pensaba seriamente que no lo iba a conseguir esta vez.  Mi primera lactancia tuvo unos comienzos desastrosos, esta la he encarrilado en menos tiempo, pero ha sido más frustrante.

A decir verdad, desde la primera toma había notado que algo no marchaba como debía. Dejé que E. se enganchara ella sola, probando el afianzamiento espontáneo, que consiste simplemente en ponerse en posición semireclinada, con el bebé encima del pecho piel con piel y dejar que busque solo el pecho, sin intervenir salvo para evitar que el bebé se caiga hacia los lados.  Haciendo esto la inmensa mayoría de los bebés se engancha solo y la lactancia comienza sin complicaciones. Sin embargo, E. no evertía los labios y no abría la boca. A pesar de todo realizó la primera toma sin más problema que hacerse una ampollita en los labios. Me dí cuenta de que tenía frenillo en el labio superior, pero no le dí mucha importancia, pues mi hija mayor también lo tiene y no supuso ningún problema y además es algo que se soluciona con el tiempo.

En las siguientes tomas ya noté que algo más no iba bien, pues me hacía daño y el pezón salía deformado. Me dí cuenta que E. no tenía el reflejo de búsqueda, que es cuando los bebés, al rozarle el labio superior o las mejillas con el dedo o el pezón, dirige la boca a la zona que le han tocado con la boca muy abierta. E no giraba la cabeza ni abría la boca, con lo que era muy difícil que cogiera el pecho, enganchaba sólo el pezón y me hacía mucho daño.  Probé con pezoneras, pero tampoco funcionó, ya que era muy difícil introducir el pezón con la pezonera en la boca casi cerrada de E y además me seguía haciendo daño. Al cabo de un día empecé a diferir la lactancia, extraerme leche y darle con jeringa, pues me dolía cada vez más y ya empezaba a tener grietas. Tardé un día y medio en darme cuenta de que E. tenía un frenillo tipo 3, que le ancla la lengua al suelo del paladar y le impide mamar con normalidad. Algo que como asesora lo hubiera visto al momento (creo), como madre me llevó todo un día!

Para rematar el segundo día empecé con fiebre, y al poco ingresé en el hospital con endometritis. Me pasé todo el tercer día en urgencias, sin posibilidad de amamantar a E. o sacarme leche, hasta que por fin me pasaron a planta por la noche. Me pusieron 3 tipos de antibióticos intravenosos, varias veces al día, yo que no me tomo nunca ni una aspirina! A partir de ahí empecé a alternar tomas de jeringa con tomas de pecho, pero cada vez menos las de pecho, pues me dolía mucho y me encontraba fatal por la infección. Se juntaron los problemas de frenillo y de que E no abriera la boca con que yo estaba con fiebres muy altas, una anemia tremenda y hecha polvo en general. Mi estado anímico no era tampoco bueno, con lo bien que estaba yo en mi casa, en mi cama y comiendo mi comida, a pasar al hospital, separada de mi hija mayor y con la lactancia complicada… Lo único bueno es que estábamos solos en la habitación y en los 5 días que estuve allí no me pusieron a nadie de compañera. Preparándome para la salida pedí hora para E en el osteópata y en un cirujano pediátrico para ver si se podía realizar un corte paliativo del frenillo.

Al cabo de poco tiempo E comenzó a rechazar el pecho. Cuando le enseñaba la teta giraba la cabeza, lloraba y daba manotazos, era bastante desesperante. Comencé a sacarme leche intensivamente para provocar la subida y no perder producción, pero el sacaleches y yo no somos muy amigos, a pesar de tener uno de buena calidad. Los momentos que sacaba más leche era cuando C. venía a visitarme y mamaba de un pecho mientras yo me sacaba del otro.  Me sacaba cada 2-3 horas de día y cada 4 por la noche, y luego se la dábamos a E. con el método de la jeringa-dedo, que es el que menos interfiere con la lactancia. Es agotador, ya que entre extraer la leche y dársela al bebé no queda tiempo para nada más. También es muy frustrante, pues no siempre sale leche con el extractor y es difícil ver al bebé que tiene hambre y tener el pecho lleno y no poder darle. Me animaba saber que al menos E había recibido todo el calostro y estaba tomando lactancia materna exclusiva.

Al cabo de 5 días me dieron el alta y una vez en casa seguí con la misma rutina con el sacaleches, pero me iba desesperando cada vez más. Alquilé un extractor hospitalario, pero no conseguí mejores resultados. Sólo gracias a que C. estaba más que dispuesta a mamar varias veces al día conseguía tener suficiente leche para E. y mantener la producción. Cómo me alegré de que no se hubiera destetado en el embarazo!  Anulé la cita para cortar el frenillo, pues ahora el problema era que rechazaba el pecho y eso era lo primero a solucionar. Fuimos a una primera sesión con el osteópata, que la trató durante dos horas, tras las cuales fuimos al grupo de lactancia de Alba en la Ciudadela, en la que vimos alguna mejoría, ya que E se enganchaba durante 30 segundos o un minuto antes de enfadarse. Durante los días siguientes sin embargo la cosa empeoró y estaba ya resignándome a que E no tomaría pecho.

Al cabo de una semana, cuando E tenía unos 20 días fuimos a la segunda sesión de osteopatía y fue mágico. E llevaba ya muchos días sin acercarse el pecho a la boca en absoluto y al salir de la sesión hacía el gesto de aceptar el pecho. A las dos horas de la sesión se enganchó durante 10 minutos  y la mejora fue progresiva durante los siguientes días, en menos de una semana habíamos pasado casi a lactancia directa exclusiva, sólo con algún refuerzo de mi leche en jeringa en algún rato “tonto”.

Entonces me hacía bastante daño, pero estaba tan contenta de que tomara del pecho que la verdad es que no me importaba. La semana siguiente tuvimos otra sesión y ahora mismo, aunque se sigue enganchando mal, no me hace daño y puedo decir que lo hemos conseguido!! Ya veremos más adelante lo que hacemos con el frenillo, si hay que cortarlo o no, pero de momento la lactancia se está estableciendo correctamente, y E va subiendo bien de peso.

Hay varias personas a las que tengo que agradecer su ayuda y apoyo en esos días tan duros y en conseguir que la lactancia se salvara:

-A P., padre de la criatura, que me cuidó en todo momento: en el hospital llevándome riquísimas comidas para salvarme del panga, haciendo los recados, apoyándome en todo momento como hace siempre.

-A mi suegra que se desplazó a mi casa para traer el sacaleches, para cuidar a C. cuando me ingresaron y para ayudar cuando me dieron el alta, fue un apoyo importante durante estos días.

-A C. que se mostró siempre dispuesta a poner su granito de arena para conseguir que me sacara leche para su hermana y que no ha parado desde entonces de mostrar su amor a E cuidándola y mimándola (a su manera)

-A Sergi, el osteópata que con su toque mágico hizo que E. volviera a aceptar el pecho

-A Alba que fue a visitarme al hospital y me ha dedicado desinteresadamente su atención y su tiempo como hace con todas las lactantes en apuros.

-A mi familia y amigos por el apoyo.

-A mi tribu virtual y mis compañeras del foro de red canguro que siempre tienen unas palabras de ánimo que se necesitan muchísimo en esos momentos.

GRACIAS A TODOS!

Una foto de E  dos meses más tarde:

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11 respuestas a Parto de sueño, puerperio de pesadilla

  1. Aich, guapetona….. ¿qué decirte? Sufrí por ti, sin saber qué más podía hacer que mandarte ánimos virtualmente y quien iba a decir que casi dos meses después serías tú quien me daría los ánimos a mi, esta vez por teléfono.
    Bendita osteopatía, también ha sido la que hizo que Aina volviera al pecho.
    Os mando un beso bien grande a toda la familia.

    Jemina

    • siriviri dijo:

      Gracias! La verdad es que tus ánimos y los del resto de compis hicieron mucho en ese momento.
      ¿tú cómo vas?
      Un abrazo apretadito :)

  2. Guau!! Vaya aventura… Yo también tuve muchos problemas con mi hija mayor, aunque los míos fueron diferentes. Me alegro mucho de que al final se haya recolocado todo el tema y de que podáis disfrutar de la lactancia. En mi caso, con mi segunda hija fue todo mucho más sencillo, con la mayor también siempre dispuesta a mamar si era necesario para echar un cable. Qué gran cosa es la lactancia en tandem. La gente no sabe lo que se pierde…

  3. Está preciosa!! Eres una luchadora, Marina….te felicito!!

  4. kore dijo:

    A mi me pareces todo un ejemplo a seguir, si me hubiera tocado vivirlo a mi, seguro que hubiera tirado la toalla…¡Bravo guapísimas!

    E. es toda una preciosidad!!

  5. Te entendido en muchos momentos, porque mi hija, a pesar de no tener frenillo ni nada parecido tampoco abría la boca por lo menos hasta los dos meses, de hecho, yo tenía que esperar que llorara para meterle en ese momento la teta en la boca, además siempre me ha hecho daño (de hecho me lo sigue haciendo de vez en cuando, es así de bruta, qué le vamos a hacer). Enhorabuena por ese tesón, yo me siento orgullosa de haber aguantado los malos momentos y veo que tú también lo has conseguido. Yo a estas alturas con estos temas no soy demasiado diplomática , así que ole tú, que la mayoría de la gente es mucho más egoísta y no aguanta ni el primer asalto. Un abrazo fuerte

  6. turbeng dijo:

    Tengo dos nietas, Lo y Lía! Un artículo interesante! Voy a leer más en este blog más tarde.
    ¡Gracias por el comentario en mi blog/podcast!

    Bienvenido a mi blog don Gerardo de Suecia en esta dirección:

    http://turbeng.wordpress.com/

  7. Florencia, Argentina. dijo:

    FELICIDADES!!! E. Es una bebé preciosa, tiene apariencia saludable..! Debe saber que llegó a una familia con amor…
    Valoro que haya madres como vos y tu familia que te ha apoyado…muchos hombres no entienden ni se toman el tiempo para querer entender lo importante que es la lactancia para ambas.
    Ahora, me surge una duda, por que recurriste al osteópata cuando E. no quiso el pecho? y vi en algun comentario que otra mamá también lo hizo…Si podes respondeme al mail, asi me entero por las dudas si llego a tener algun Problema con H. o alguna mamá en apuros que conozca, para recomendarselo.
    florenciahe@hotmail.com

    • siriviri dijo:

      Hola Florencia,

      Gracias por tus felicitaciones.
      REcurrimos a la osteopatía porque sabía que va bien en casos de frenillo corto, ya que ayuda a colocar la boca de forma que el bebé puede compensar mejor la anquloglosia. Lo que me sorprendió es que fuera tan rápido y que ayudara tanto en el caso del rechazo.
      Un saludo

  8. Alessandra Mosquera dijo:

    Enhorabuena! Mi lactancia fue terrible, no consegui dar LME, intenté relactar dos veces en vano, al final quedé con lactancia mixta pero duró 10 meses. Sé muy bien lo agotadOr que es sacar leche a cada dos horas. Un abrazo!

  9. Pingback: Jabón de leche materna

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